Guía de Apocalipsis 4.-

Adoración celestial

“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas” vs. 1

En el capítulo 4, se descorre el telón del escenario celestial para contemplar el cuadro inicial de la posterior intervención de Dios en la tierra al final de los tiempos, en lo que la palabra profética señala como el Día de Jehová o Día del Señor expresados en una serie de juicios divinos descritos en el libro de Apocalipsis. Ante una humanidad empecinada en rebelarse frente a su Creador el Señor responderá desde los cielos con espíritu de juicio y devastación.
“…y he aquí una puerta abierta en el cielo…” vs.1. Se registra el maravilloso arrebatamiento en espíritu y alma del apóstol Juan al tercer cielo (morada de Dios). El propósito del Señor era que su siervo pueda ver las cosas que sucederían al final de los tiempos y luego poder testificar (profetizar) de lo que había sido testigo.
En Apocalipsis 10:11, dice: “Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”.
El apóstol Pablo tuvo una experiencia similar cuando fue arrebatado al tercer cielo y así lo hace conocer en su segunda carta a los corintios.
En 2 Corintios 12:2-4, dice: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. 3Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), 4que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar”.
“…y la primera voz que oí, como de trompeta…”vs.1. La voz registrada en el capítulo 1:10, es la misma voz que el apóstol oye, aunque el efecto es el de una trompeta.
“…sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán…”vs.1. El mandato del Señor al apóstol Juan, pudiera representar una figura y sombra del Rapto de la iglesia del Señor.
En este momento específico recibe la orden de entrar por la puerta abierta para recibir la revelación que el Señor habría de darle en relación a las cosas que sucederán en el tiempo final, luego que se cumpla la edad de la iglesia o la presente dispensación que vivimos. Una vez concluido los mensajes a las iglesias en el capítulo 3, no se menciona a la iglesia sino hasta el capítulo 19.
Las cosas que sucederán después de estas, se refieren a los acontecimientos comprendidos como día del Señor o día de Jehová. Abarca los juicios de la gran tribulación, la venida en gloria del Rey-Mesías Jesucristo, la instauración del reino del Milenio y la creación de cielos nuevos y tierra nueva.

“Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado” vs. 2

El apóstol Juan es traspuesto por el Espíritu Santo al tercer cielo o morada de Dios, y lo primero que pudo ver es el trono de nuestro Dios, establecido en toda su majestad. En Apocalipsis la expresión trono se usa por lo menos 45 veces.
En Apocalipsis 20:11; 21:5; 22:3 dice: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos…Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas…Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán”.
En un sentido espiritual el trono de Dios, por una parte manifiesta la presencia divina como absoluta soberanía sobre toda la creación y por otra presenta a nuestro Dios, como Juez y Señor del universo, y a punto de intervenir en la historia de la humanidad.
“…trono establecido en el cielo…”vs.2. El trono de Dios, será establecido, colocado o puesto para juicio. En el cumplimiento de los tiempos el trono de gracia que hoy manifiesta su bendición a su pueblo amado, en el cumplimiento de la gran tribulación se manifestará como trono de juicio.
En Hebreos 4:16 dice: “16Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.
“…y en el trono uno sentado…” vs. 2. En el original griego denota alguien que esta a punto de sentarse en el trono de juicio para juzgar a la humanidad. Nuestro Dios, como Juez del universo, en su tiempo dispuesto por El, dará comienzo a los juicios descritos y profetizados en las Escrituras.

“Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda” vs. 3

En el trono de Dios, resalta aquel que está sentado y es nuestro Padre Eterno. Las piedras preciosas simbolizan su deslumbrante gloria, atributos divinos, excelencias y perfecciones que lo caracterizan, siendo atributos exclusivos de El.
“…piedra de jaspe…”vs. 3. El jaspe se refiere al diamante y destaca el resplandor de su gloria y santidad divinas, a través de una luz blanca. Ver: Apocalipsis 22:11.
“…y de cornalina…”vs.3. Piedra preciosa del tipo ágata de color rojo fuego o sangre, manifestando la justicia divina. El hecho de encontrarse ante la magnífica presencia divina, sobrecogió al apóstol. No llega a describir a Dios mismo porque a El no se lo puede describir, Ver: Éxodo 20:4, sino su fulgor y su esplendor.
“…y alrededor del trono un arco iris…”vs.3. El arco iris, expresa en un sentido espiritual el pacto divino que el Señor hizo con Noé, luego de que la tierra fue anegada en agua por el diluvio que el Señor derramó sobre toda la tierra. Dios se acuerda de tener misericordia aún en medio de los juicios. Notamos que el arco iris cuando Noé fue después del Diluvio universal, en este caso es antes de los juicios divinos garantizando que no habrá una total destrucción de la humanidad. Ver: Mateo 24:22.
En Génesis 9:13-17, dice: “Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. 14Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. 15Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. 16Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra. 17Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra”

“Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas” vs. 4.

Estos 24 ancianos sentados en 24 tronos y con coronas de oro en sus cabezas aparecen en otros pasajes de Apocalipsis. Ver: Apocalipsis 4:10; 5:8; 11:16; 19:4.
En Apocalipsis 7:11, se muestra denotando que no se trata específicamente de seres angelicales. Más bien como independientes de los seres angelicales y con un rango por encima de los ángeles de Dios, ya que son considerados ancianos. Cabe hacer notar que mientras los ancianos están sentados los ángeles permanecen de pie. Si recordamos el rango de anciano (presbíteros) en las Escrituras denota un oficio de gobierno o a uno que ejerce gobierno de parte de Dios. Ver: 1 Timoteo 5:17; Éxodo 3:16; 18:13-26; 1 Samuel 8:4.
Por tanto los ancianos aparecen como seres celestiales creados por Dios, antes que los ángeles. Estos ancianos habitan en el tercer cielo en calidad de gobernadores sobre la creación y sujetos al Padre Celestial. Considerados ancianos por su madurez espiritual. Sentados en tronos como demostración de su posición. Las Escrituras dan a entender rangos dentro de las huestes celestiales. Ver: Colosenses 1:16; Daniel 4:13, 17, 23; 10:13. Por tanto los ancianos tienen como su responsabilidad la supervisión en el ámbito celestial bajo la autoridad del Señor Dios Todopoderoso. En el contexto de las Escrituras encontramos un cuadro de la organización de la autoridad celestial. Los ancianos sujetos al Señor, reconocen al echar sus coronas delante de El, que el único que tiene el derecho supremo de juzgar es el León de la tribu de Judá, nuestro amado Señor Jesucristo. Ver: Juan 5:22, 27; Apocalipsis 4:10. Los ancianos gobiernan sobre los ángeles y a través de ellos gobiernan la tierra. En los capítulos 4 y 5 de Apocalipsis presentan el cuadro que se desarrollará como culminación de los juicios divinos: Los reinos del sistema mundial y gentil están a punto de llegar a ser los reinos de Dios y su Mesías, en parte por la intervención angelical, Ver: Apocalipsis 11:15, y dirigidos por los ancianos y los cuatro seres vivientes y totalmente sujetos en perfecta obediencia a la autoridad del Señor Jesucristo.

“Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios” vs. 5.


La escena presagia el inminente juicio divino. Una vez más, se constata que el trono de gracia ahora se manifiesta como el trono de juicio.
La Palabra de Dios, nos muestra que la manifestación de la gloria de Dios en el Antiguo Testamento se expresaba a través de relámpagos y truenos.
En Exodo 19:16-18, dice: “Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento. 17Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte. 18Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera”.
El apóstol Juan se encontraba estremecido de temor reverente y admiración ante tal manifestación de poder divino. Algo similar le ocurrió a otro siervo de Dios, llamado Moisés, cuando recibió la Ley de Dios en el monte santo.
En Hebreos 12:18-21, dice: “8Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad, 19al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más, 20porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo; 21y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando”.
Definitivamente estar en la presencia de nuestro Dios santo, mueve a decidir servirlo con temor y reverencia ya que si bien El tiene mucha misericordia con los suyos, nunca jamás se debe olvidar que también será fuego consumidor en su juicio con aquellos que decidan dejarlo o apartarse del camino.
En Hebreos 12:28-29, dice: “8Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 29porque nuestro Dios es fuego consumidor”.
En cuanto a los siete espíritus de Dios, se relaciona con los atributos divinos del Espíritu Santo de Dios que conforma la trinidad divina.
La Palabra de Dios enseña que tanto el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo conforman la divinidad. Por tanto el Espíritu Santo es Dios. Estos atributos divinos se hallan mencionados por el profeta Isaías en el Antiguo Testamento.
En Isaías 11:2, dice: “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová”.

“Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás. 7El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando” vs. 6-7

El apóstol Juan en la voluntad del Señor, tiene la posibilidad de apreciar la extraordinaria belleza y majestad del trono de Dios, rodeado todo de un verdadero mar de vidrio. Como se ve en otros pasajes el apóstol Juan recurre a describir lo que esta viendo en el lenguaje que el conoce, por lo que para expresar la indescriptible belleza que supera todo entendimiento de la que es testigo utiliza la expresión mar de vidrio. Podemos discernir que tanto el vidrio como el cristal son elementos que expresan transparencia, las que a su vez reflejan pureza, santidad que en la presencia del Dios Todopoderoso y delante de su trono se manifiestan en toda su plenitud.
“…y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás…”vs. 6. Los cuatro seres vivientes, se encuentran alrededor del trono de Dios. Seres espirituales creados por Dios y que poseen conocimiento intrínseco. Denota conciencia, vigilancia y discernimiento.
“…el primer ser viviente era semejante a un león…el segundo…un becerro, el tercero…como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando…” vs.7.
Estos seres espirituales manifiestan aspectos relacionados con la creación.
1.- León: Habla de fuerza, majestad y realeza. Ver: Prov. 30:30; 2 Crónicas 9:18-19.
2.- Becerro: Habla de vitalidad, sacrificio, resistencia, trabajo.
3.- Hombre: Denota personalidad, inteligencia, sensibilidad, voluntad, capacidad.
4.- Águila: Denota visión permanente, vuelo ágil y elevado, juicio celestial. Ver: Isaías 40:31; Deuteronomio 28:49; Jeremías 4:13; Oseas 8:1; Habacuc 1:8.

“Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. 9Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: 11Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”.
vs. 8-11.

Los seres espirituales se identifican en el A. Testamento, en el libro del profeta Ezequiel 1:16, como querubines, aunque con algunas diferencias, en relación con el libro de Apocalipsis.

ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE LOS SERES VIVIENTES DEL LIBRO DEL PROFETA EZEQUIEL Y APOCALIPSIS.
Podría haber alguna relación entre los cuatro seres vivientes del libro de Apocalipsis y el libro del profeta Ezequiel.
En Ezequiel 1:6 los seres vivientes tiene cuatro alas en Apocalipsis tienen seis.
En Ezequiel 1:6 los seres vivientes tienen cuatro rostros, en Apocalipsis solo uno.
En Ezequiel 1:18 tienen ojos en las ruedas, en Apocalipsis los tienen en sus cuerpos.
En Ezequiel estos seres vivientes sostienen el trono, en Apocalipsis están alrededor.

Estos seres vivientes se asemejan a los querubines mencionados en el Antiguo Testamento en el libro del profeta Ezequiel 10: 15, 20.
Otra categoría angelical mencionada son los serafines, asociados con la adoración, santidad y la purificación. Ver Isaías 6.
Los querubines, se asocian con el gobierno y la santidad judicial de Dios, así como proteger, cubrir y guardar el lugar de la manifestación de la Bendita Presencia de Dios, estando activos en juicio contra cualquier cosa contraria a dicha presencia. Ver: Génesis 3:24; Éxodo 25:18; 1 Reyes 6:25-35; Salmos 80:1; 99:1; Isaías 37:16.
Los querubines poseen más autoridad que los ángeles comunes. Encargados de ordenar el comienzo del juicio y entregando las siete copas de la ira de Dios a los siete ángeles. Ver: Apocalipsis 6:1, 3, 5, 7; 15:7.
En definitiva los cuatro seres vivientes pertenecen a un orden elevado de seres angelicales quienes como guardianes inmediatos del trono de Dios guían al ejército celestial en adoración y alabanza a Dios.
“…y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso…”vs. 8. Este pasaje tiene relación con el libro de Isaías 6:3. La santidad del Señor es el atributo divino por excelencia. Estos cuatro seres vivientes se manifiestan en adoración delante del trono de Dios.
“…dan gloria y honra y acción de gracias al que esta sentado…”vs. 9. Tanto los seres vivientes se disponen a dar gloria, confesando la suma de total de los atributos, perfecciones y excelencias de Dios, como los ancianos se postran en adoración a Dios. El es digno de adoración por ser quien es. Manifiestan acciones de gracias por los dones de la gracia manifestados en la providencia y en la creación. Aprecio por los beneficios divinos y alaban a Dios por su bondad en dar.
“…y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono…digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas…” vs. 10-11. Los veinticuatro ancianos abandonan sus tronos para postrarse delante del trono del Soberano y confiesan su condición de criaturas delante del Creador. Los ancianos ofrecen adoración en función a Dios como el Creador de todas las cosas. El Plan de Dios abarca todas las cosas. El propósito divino se expresa por su voluntad. El lo creó todo por su poder.
Esta maravillosa palabra confirma plenamente la verdad de que la creación no tuvo lugar a través de un largo proceso de millones de años, sino mediante el acto sobrenatural e instantáneo ejecutado por la potente palabra de nuestro amado Dios Creador.
En Hebreos 11:3 dice: “3Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”.

¡De esta manera se cierra el cuadro de adoración celestial y angelical previa a los juicios divinos que sobrevendrán!

No hay comentarios:

Publicar un comentario