Guía de Apocalipsis 15.-

Los ángeles con las siete plagas postreras


“1Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios” vs. 1

Se revela la consumación de la Gran Tribulación o Ira de Dios.
“…se consumaba la ira de Dios…” vs. 1. El apóstol Juan pudo ver, la consumación de la Gran Tribulación o Ira de Dios. Con el derrame de las siete copas de la Ira de Dios, se consumará este terrible tiempo de juicio y devastación. La palabra profética revela que las siete copas de la ira de Dios, vendrá como consecuencia del toque de la séptima trompeta de juicio.

“2Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios” vs. 2

“…a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen…” vs. 2. Aquellos cristianos que en el tiempo de la Gran Tribulación, resistan a ser marcados y no nieguen el testimonio de Jesucristo, aún hasta la muerte, son vistos de pie en una superficie de cristal. Son considerados verdaderos victoriosos, sobre la bestia y todo su sistema anticristiano. Demuestran su gran gozo ministrando alabanzas al Señor, con arpas de Dios.

“3Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. 4¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado”
vs. 3-4.

La Palabra de Dios, registra en el Antiguo Testamento, el cruce del Mar Rojo, luego que este fuera abierto por el Señor, en forma sobrenatural y poderosa.
En Éxodo 14:21-22 dice: “Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas. 22Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda”.
Más tarde se registra el cántico de Moisés, como expresión de sublime gozo de parte de su siervo y el pueblo de Israel, por haberlos librado de sus enemigos, los egipcios. De forma similar, los vencedores sobre la bestia y su satánico sistema, se gozan en el Señor ministrando este maravilloso cántico que expresa de manera precisa que grandes y maravillosas son las obras de Dios y sus caminos realmente justos, por lo que es digno de suprema alabanza de parte de su pueblo rescatado por su divina gracia.

“5Después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio; 6y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro. 7Y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos. 8Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles” vs. 5-8

“…el templo del tabernáculo del testimonio…” vs. 5. El apóstol Juan, vio un templo o tabernáculo, en el cielo similar a la que el Señor mandó a su siervo Moisés construir y que se registra en el Antiguo Testamento. Este santuario fue levantado para manifestar la presencia del Dios Todopoderoso en medio de su pueblo. Por voluntad del Señor, había de ser figura y sombra del original o verdadero que se encuentra en el tercer cielo o morada de Dios.
“…dio a los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios…” vs. 7. Las siete copas de la ira de Dios, serán los últimos siete juicios divinos sobre un mundo impío endurecido por el engaño del pecado, antes que el Señor Jesucristo instaure su Reino Mesiánico en la tierra.
“…nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiese cumplido…” vs. 8. Nadie puede entrar en el templo ya que nadie podrá detener el juicio, por lo que el Dios Todopoderoso, ha declarado el fin; su juicio será consumado en la tierra. Concluimos que de la presencia de Dios salen los siete ángeles portando las copas de oro, conteniendo las plagas postreras que serán derramadas sobre la tierra. Es un dramático cuadro que cierra el ciclo de juicios divinos de la Gran Tribulación o Día del Señor.

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