TEMA Nº 7 El sentido espiritual de la cruz de Cristo y el verdadero discipulado

TEMA Nº 7

El sentido espiritual de la cruz de Cristo y el verdadero discipulado

26Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Lucas 14:26-27
“...anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz". Colosenses 2:14-15
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios; el cual me amó
y se entregó a sí mismo por mí”. Gálatas 2:20


• ¿La cruz como instrumento de muerte era empleada por el pueblo de Israel en el Antiguo Testamento?

La cruz como instrumento para dar muerte a los reos condenados, no era conocida como tal en el pueblo del Señor.
La Biblia menciona el madero, donde eran colgados los reos de muerte.
A diferencia de la cruz romana donde los reos vivos eran crucificados hasta morir, en el madero judío eran colgados los cuerpos de los reos una vez muertos, como testimonio de juicio divino.
Ver: Josué 8:29

Era considerado como señal de maldición.
Ver: Deuteronomio 21:22-23

Los griegos y los romanos modificaron a su tiempo el primitivo madero, añadiéndole un madero transversal (del latín patibulum), y fue de ellos que los judíos aprendieron la crucifixión propiamente dicha.
Los romanos solo aplicaban la crucifixión a los esclavos, o a los hombres libres culpables de los crímenes más execrables. Con frecuencia azotaban al condenado que con el cuerpo lacerado, era a continuación obligado a llevar su cruz. Esta pena capital era ejecutada mediante la fijación de un reo a una cruz. Se ataban las manos y los pies y muchas veces de manera más cruel se usaban clavos, traspasando manos y pies. La simple fijación de la víctima a la cruz mediante cuerdas no entrañaba la muerte. Esta sobrevenía después que la sed y el hambre surtieran sus efectos. El clavamiento de manos y pies no producía una muerte necesariamente más rápida. Cuando era necesario acelerar la muerte del condenado, se le quebraban las piernas, como ocurrió con los dos ladrones crucificados juntamente con el Señor Jesús.
Ver: Juan 19:31-33

Este terrible cuadro antes descrito de lo que era la crucifixión y comparado a lo que aconteció con el Señor Jesús condujo al apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, a ver la obra del Calvario, como la maldición que nuestro Señor Jesucristo llevó, en nuestro lugar.
Ver: Gálatas 3:13



• El mensaje de la cruz del Calvario para el verdadero discípulo de Jesucristo

Antes de su muerte en la cruz del Calvario, nuestro Señor Jesucristo, mencionó la necesidad de que todos los que quieran seguirlo deberán tomar todos los días su cruz.
Ver: Lucas 9:23-25.

Por ello es de vital importancia que como verdaderos discípulos del Señor Jesucristo se entienda lo que las Escrituras enseñan acerca de la cruz.

La cruz es símbolo de:

.- Sufrimiento
Muchas veces ser fiel discípulo del Señor siguiendo sus mandamientos en medio de un mundo impío y pecador es motivo de sufrimiento ya que los principios estipulados en las Escrituras no están de acuerdo con el espíritu que opera en el mundo.
Ver: 1 Pedro 2:20-21; 3:14-15, 17.

.- Muerte
Nuestro Señor Jesucristo tuvo que morir en la cruz del Calvario para luego resucitar y darnos la victoria. Esta muerte se expresa en el hecho de hacer morir lo terrenal en cada uno de los que deciden ser sus discípulos
Ver: Hechos 10:39

.- Vergüenza
Nuestro amado Señor soportó la vergüenza de ser crucificado como un vil malhechor a fin de darnos la victoria sobre el pecado. Ahora manda a todos sus verdaderos discípulos que no se avergüencen de El ni de su Palabra.
Ver: Hebreos 12:2; Mateo 10:32-33.

.- Injuria
La injuria que soportó el Señor al ser llevado a la cruz y luego crucificado se relaciona con el insulto, la blasfemia y la burla. Todos los que deciden seguirlo se podrán encontrar en situaciones similares en medio de una generación maligna y perversa que no conoce ni teme al Señor y se burla de sus mandamientos.
Ver Mateo 27:39; Filipenses 2:15.

.- Rechazo
Durante su ministerio de salvación en la tierra nuestro amado Señor Jesucristo fue permanentemente rechazado por muchos. Esto mismo experimentaran aquellos que decidan seguir fielmente al Señor. Las Escrituras mencionan que la Piedra-Cristo que los edificadores desecharon vino a convertirse en la piedra fundamental.
Ver: 1 Pedro 2:4; Marcos 12:10-11.

.- Negación de si mismo
Ver: Mateo 16:24
Por tanto, cuando el cristiano verdadero, lavado y perdonado por la sangre preciosa de Cristo, toma su cruz y sigue a Cristo, se está comprometiendo seriamente en tres esferas de lucha y sufrimiento. Es muy importante sin embargo aclarar que este sufrimiento por causa de Cristo en ningún momento sea por algo impuesto o que el discípulo tenga que afrontarlo en contra de su voluntad sino por el contrario recordará que las Escrituras enseñan que el verdadero amor de Dios tiene entre sus particularidades la de ser sufrido. Aunque en un primer momento en su interior pueda surgir una resistencia, en el poder el Espíritu Santo logrará superar y vencer.
Ver: 1 Corintios 13:4; Juan 21:18.

Por tanto los aspectos que deberá considerar el discípulo del Señor se refieren a las siguientes tres esferas en las que desarrolla su vida diaria.

.- Sufrir la batalla contra el pecado que dura toda la vida, al crucificar los deseos de su naturaleza pecaminosa
Ver: 1 Pedro 4:1-2

.- Sufrir en la guerra contra Satanás y los poderes de las tinieblas a medida que avanza en el reino de Dios
Ver: 2 Corintios 10:4; Efesios 6:12.

.- Sufrir el reproche, el odio la burla del mundo al decirle con amor que lo que hace es malo, al separarse del mundo impío en lo moral y espiritual y al negarse a aceptar las normas o la filosofía humanista.
Ver: Juan 15:18-20; Juan 7:7.

• Tomar la cruz y seguir a Jesús implica una separación espiritual del mundo que no conoce a Dios.

"Santo" significa "separado".
El mundo pecaminoso que no conoce al Señor, tiene valores totalmente contrarios a la santidad de Dios.
El Señor aclaró que aunque sus discípulos se encontraban todavía en el mundo no pertenecían al mundo y sus valores impíos.
En este sentido el verdadero cristiano deberá estar decidido a llevar su cruz, en cuanto se refiere a su separación del pecado y del mundo impío donde se lo practica.
Ver Juan 17:11 y 15-17.

• La palabra "mundo" en las Escrituras.

El término "mundo" deriva del griego "kosmos". Si bien tiene una concepción sumamente amplia ya que engloba a todo lo creado por Dios, aún las personas de toda la tierra (Ver Juan 3:16), la palabra de Dios con frecuencia lo utiliza para identificar el vasto sistema de ésta época que Satanás promueve y que existe independiente de Dios. Esto no solo engloba los placeres inmorales y pecaminosos del mundo sino también al espíritu anticristiano que impera en él.
Este espíritu se caracteriza por su indiferencia y franca rebelión contra Dios y su Palabra.
Este sello lo encontramos en toda empresa humana que no se haya sometido al señorío de Cristo. La Biblia enseña que el mundo entero se encuentra bajo el maligno. Por tanto vemos que Satanás emplea los conceptos del mundo, de la moralidad, de las filosofías, de la cultura, de la educación, de la ciencia, del arte, de los medios informativos, de las religiones, y de otros para oponerse a Dios, a su pueblo, a su Palabra y a sus normas de justicia. En base a la palabra de Dios se puede decir que el espíritu del mundo es el espíritu del anticristo que ya ha estado operando hace mucho tiempo, incluso en los días del Señor Jesús en la tierra. Es el "misterio de la iniquidad" mencionado por el apóstol Pablo.
Ver: 1 Corintios 2:12; 2 Tesalonicenses 2:7; 1 Juan 5:19; Lucas 9:54-55

• Características que manifestará el verdadero discípulo del Señor que decida su separación espiritual del mundo impío y por tanto llevar su cruz y seguir al Señor.

El verdadero discípulo del Señor que decida en su corazón llevar su cruz y seguir al Maestro; deberá decidir en su corazón una separación espiritual radical del mundo impío.
Manifestará en su vida por lo menos cuatro aspectos fundamentales:

.- Odio u aborrecimiento al pecado, a la injusticia y al sistema inmoral del mundo
El cristiano verdadero manifestará en su vida diaria un intenso odio al pecado (ya que el pecado lo separa de Dios), a la injusticia(valores aceptados por el mundo pero que van contra la voluntad de Dios y su Palabra) y al sistema inmoral del mundo impío(valores mundanos que permiten la homosexualidad, relaciones fuera del matrimonio, etc.). Tendrá el mismo sentir que tuvo nuestro amado Señor Jesucristo en los días de su ministerio de salvación en la tierra.
Ver: Romanos 12:9; Hebreos 1:9; 1 Juan 2:15

.- Enérgica oposición a la falsa doctrina
Un verdadero discípulo buscará que la doctrina del Señor enseñada en su Palabra, no se distorsione, y cuando esto ocurra, defenderá la pureza de la doctrina con todo su corazón
(Judas 3). Este tiempo previo a la Segunda Venida del Señor Jesucristo, se caracteriza por la aparición de muchas doctrinas que contradicen a la palabra de Dios. Una forma de tomar la cruz también será defender la sana doctrina y no por buscar agradar a otros compartir su falsa enseñanza.
Ver: Gálatas 1:9

.- Un genuino amor por las vidas que se pierden en el mundo.- Evitar el tomar posiciones farisaicas
Aunque el verdadero cristiano deba separarse espiritualmente de las vidas que se encuentran en el mundo impío, al no participar de sus obras; mantendrá en su corazón un genuino amor por esas vidas acordándose de donde el Señor lo sacó. Orando por ellas y clamando por la misericordia del Señor.
Ver: Gálatas 6:1-2; Lucas 18:9-14.

.- Temor de Dios en la constante perfección de la santidad
La Biblia enseña que el cristiano que decide llevar su cruz y seguir a Jesús, buscará dar muerte todos los días a los frutos de la carne pecaminosa, perfeccionando la santidad en el temor a Dios. Esto lo logrará buscando ser lleno del Espíritu Santo y sembrando para el espíritu y no para la carne.
Ver: 2 Corintios 7:1; Romanos 8:1; Colosenses 3:5; Efesios 5:18

• La cruz es un símbolo espiritual de la muerte que dio el Señor a la "carne de pecado".

La carne de pecado fue llevada a la cruz del Calvario, donde fue crucificada y muerta por nuestro amado Señor Jesucristo, para que nosotros que conformamos su iglesia, seamos libres del acta (detalle de pecados de la carne) que nos era contraria. La Biblia enseña que todo aquel que practica el pecado se hace esclavo del pecado. Siendo Satanás padre de pecado entonces se enseñorea sobre aquellos que practican los frutos de la carne.
Ver: Gálatas 5:19-21.

El enemigo de las almas, Satanás y sus demonios, tienen estas actas vigentes de todos aquellos que no se han arrepentido de sus pecados, y por tanto tienen derecho sobre estas vidas ya que o no conocen la victoria de Jesús en la cruz o la olvidaron y menospreciaron. Cuando una persona llega a los pies del Señor Jesús, puede reclamar esta victoria y en el nombre poderoso de Jesús ser libre de toda contaminación demoniaca.
Ver: Juan 8:34-36 y 44.

Lamentablemente en el pueblo del Señor, se puede ver que muchas vidas, vuelven a practicar los frutos de la carne de los cuales los libró el Señor un día, producto de palabras seductoras de hombres corruptos de entendimiento; aceptando correr con ellos en el desenfreno del mundo y que caracteriza el carácter de los hombres del tiempo postrero.
Ver: 2 Timoteo 3:1-5

Para aquellos que provocan la caída de los hijos de Dios, el apóstol Pedro inspirado por el Espíritu Santo, escribió duras palabras de exhortación, pero al mismo tiempo de advertencia para aquellos que no quieran arrepentirse.
Ver: 2 Pedro 2:19-22

Definitivamente nuestro amado Señor Jesucristo, murió en la cruz del Calvario, para darnos plena libertad de los frutos de la carne que batallan contra el alma. Es muy importante valorar esta obra de la cruz. ¡A santidad nos llamó el Señor!

• La santidad está en estrecha relación con el mensaje espiritual de la cruz.

El propósito de la muerte del Señor Jesús en la cruz del Calvario, fue precisamente al morir por nosotros: dar muerte definitiva a la carne de pecado, hacernos verdaderamente libres y en el poder del Espíritu Santo recibir en nuestras vidas ese poder sobrenatural para vivir una vida de victoria sobre los frutos de la carne, seducciones del mundo y artimañas de Satanás y sus demonios, hasta el encuentro final con el Señor y vivir con El por la eternidad. Aunque el Señor Jesús en todo su ministerio de salvación en la tierra jamás cometió un solo pecado, el Padre, cargó sobre El, en la cruz del Calvario los pecados de toda la humanidad. Nuestro amado Señor Jesucristo, lo soportó todo, a fin de que su amada iglesia pueda vivir una vida en completa santidad y consagración a su Señor y Salvador.
Ver: Romanos 6:22; 1 Tesalonicenses 4:3 y 7; Hechos 1:8

• Definición de la santificación del verdadero discípulo de Jesucristo

La expresión santificación deriva del griego hagiasmos, que significa hacer santo, consagrar, separar del mundo y apartar del pecado para llegar a tener una comunión íntima con el Señor y servirle con gozo.
La palabra de Dios enseña que el propósito por el cual llegamos a ser hijos de Dios, es para ser santos. Nuestro Señor murió en la cruz y derramó su preciosa sangre para que este propósito pueda ser cumplido en su iglesia.
Ver: 1 Pedro 1:13-19; Romanos 8:3

• En la santificación participa activamente el Señor a través de su E. Santo y la disposición plena del discípulo del Señor.

La Biblia lo muestra como un proceso conjunto de Dios y de su pueblo.
No se podrá llegar a una verdadera y plena santificación con solo el esfuerzo humano. Es imprescindible la acción conjunta tanto de parte del cristiano que permite en su vida y contribuye a la obra santificadora del Espíritu Santo como de la gracia bienaventurada del Señor que en su amor pone el querer como el hacer para que sus hijos anhelen y busquen este proceso santificador.
Ver: Filipenses 2:12-13

• Aspectos que deben ser considerados por el discípulo de Jesucristo para una verdadera santificación en su vida espiritual

Existen por lo menos dos aspectos que deben ser seriamente considerados por aquellos que realmente han decidido entrar en un proceso de santificación en sus vidas.


.- En el poder del Espíritu Santo dejar de hacer lo malo
La Biblia enseña la importancia de buscar ser llenos del Espíritu Santo, para resistir al pecado que conllevan las concupiscencias(deseos o frutos desordenados de la carne: lujuria, deseos inmorales, etc.) de la carne pecaminosa que batallan contra el alma.
Ver: Romanos 6:1-2; Romanos 8:1; Gálatas 5:16

.- Limpiándose de toda contaminación de espíritu y carne
El Señor ha dado a su amada iglesia, y por su muerte en la cruz del Calvario el poder de hollar (pisotear, arrancar, desmenuzar), todo tipo de contaminación demoniaca que se alimenta de los frutos de la carne. El cristiano que todavía da lugar en su vida a los frutos de la carne está permitiendo que fuerzas espirituales de maldad tomen control de áreas de su alma (mente, emociones y voluntad) y se alimenten de esos frutos carnales (lascivia, ira, enojo, contienda, fornicación, idolatría, etc., etc. (Gálatas 5:19-21)). La preciosa sangre que el Señor derramó en la cruz del Calvario es precisamente para limpiarnos de toda esta contaminación que batalla contra el alma. En el proceso de santificación el cristiano buscará de todo corazón ponerse a cuentas delante del Señor (buscar su perdón con un corazón humillado delante de El), y en el nombre de Jesús echar fuera de sí(su alma), toda contaminación de espíritu (demoníaca) que haya o esté permitiendo en su vida.
Una importante ley espiritual que enseñan las Escrituras es:
Los pecados son perdonados y limpiados por la sangre de Cristo y los demonios son echados fuera en el poderoso Nombre de Jesús.
Ver: Lucas 10:19; 1 Juan 1:7 y 9; Salmos 51:17; Marcos 16:17; Efesios 5:18
Santiago 4:7-10

• El proceso de la santificación no necesariamente requiere siempre un proceso largo de abandono del pecado.

Lamentablemente, muchas veces se piensa que el proceso de la santificación necesariamente requiere un largo proceso de abandono del pecado, poco a poco. Es cierto que pueden existir casos de vidas que sólo el Señor conoce en profundidad, que requieran de un proceso mas o menos largo para que puedan llegar a ser totalmente libres, como consecuencia de fuertes y dolorosas y muy traumáticas experiencias en su pasado. Sin embargo y en general la palabra de Dios enseña claramente que cuanto mayor sea la consagración del cristiano más rápido será su proceso de santificación. La voluntad de Dios para sus hijos es que la santificación sea un acto definitivo mediante el cual el cristiano por la gracia bendita del Señor queda libre de la esclavitud de Satanás y sus demonios y se aparta del todo del pecado a fin de vivir para Dios.
Ver: Romanos 6:18; 2 Corintios 5:17
Asimismo es necesario considerar que la Biblia muestra la santificación como un proceso de toda la vida. Las Escrituras nos advierten que el cristiano deberá estar atento durante todo su peregrinaje en la tierra, para constantemente dar muerte a los malos hábitos de la carne inmediatamente estos traten de manifestarse en su vida. Nuestro amado Señor Jesucristo nos dio la victoria en la cruz del Calvario, para que pueda ser una completa realidad en la vida de cada uno de sus discípulos, el ser cada día más semejantes a El, crecer en su gracia y vivir manifestando el profundo amor a El y a los demás.
Ver: Romanos 8:1-17; 2 Pedro 3:18; Mateo 22:37-39; 1 Juan 4:8





El sentido espiritual de la cruz se expresa en la voluntad de Dios
de que su pueblo viva una vida en santidad y consagración a El.


… 15sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. 1 Pedro 1:15-16

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